Pelealo, no te rindas

Es muy común oirme decir esta frase a Alba. PELEALO NO TE RINDAS.

Alba por las noches hace un súper esfuerzo para quitarse los calcetines. Como lo oyes, un súper esfuerzo.

La goma no baja, si tira del calcetín este se le escurre entre las manos… una odisea.

Así que hago otras tareas mientras que la dejo su tiempo. Y su tiempo es tan largo, que si no tienes claro el objetivo, es desesperante.

Siempre le acompaño de frases alentadoras y ayer LO CONSIGUIÓ! Su cara de «mamá lo he conseguido» era de felicidad absoluta. Imagínate ¡puedes quitarte los calcetines!

El otro día estábamos jugando a hacer muñequitos y los míos quedaban fatal, así que no paré de quejarme ¡vaya porquería de muñecos! Entonces Alba me toca la mano y me dice «mamá tranquila, no hay nada imposible, sigue intentándolo, lo vas a conseguir».

El caso es que no era importante que me salieran bien, no formaba parte de ningún objetivo de autonomía… pero ahora formaba parte de un objetivo importantísimo «llevas razón Alba, hay que pelearlo».

Me senté, me concentré y cuando acabé, Alba me dijo «el resultado es bastante aceptable»

Mucho más que aceptable es la actitud de Alba ante la adversidad.

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